viernes, 26 de febrero de 2016

COBRO AÑO 2016


Evangelio San Mateo 21 33-43.45-46 CATOLICO y Lecturas de la Liturgia Católica 26 Febrero de 2016

Evangelio de hoy

Evangelio de hoy

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Evangelio San Mateo 21  33-43.45-46 CATOLICO
y Lecturas de la Liturgia Católica 26 Febrero de 2016


Viernes 26 de Febrero de 2016
Viernes de la segunda semana de Cuaresma

Libro de Génesis 37: 3-4.12-13a.17b-28.

Israel amaba a José más que a ningún otro de sus hijos, porque era el hijo de la vejez, y le mandó hacer una túnica de mangas largas.
Pero sus hermanos, al ver que lo amaba más que a ellos, le tomaron tal odio que ni siquiera podían dirigirle el saludo.
Un día, sus hermanos habían ido hasta Siquém para apacentar el rebaño de su padre.
Entonces Israel dijo a José: “Tus hermanos están con el rebaño en Siquém. Quiero que vayas a verlos”.
José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán.
Ellos lo divisaron desde lejos, y antes que se acercara, ya se habían confabulado para darle muerte.
“Ahí viene ese soñador”, se dijeron unos a otros.
“¿Por qué no lo matamos y lo arrojamos en una de esas cisternas? Después diremos que lo devoró una fiera. ¡Veremos entonces en qué terminan sus sueños!”.
Pero Rubén, al oír esto, trató de salvarlo diciendo: “No atentemos contra su vida”.
Y agregó: “No derramen sangre. Arrójenlo en esa cisterna que está allá afuera, en el desierto, pero no pongan sus manos sobre él”. En realidad, su intención era librarlo de sus manos y devolverlo a su padre sano y salvo.
Apenas José llegó al lugar donde estaban sus hermanos, estos lo despojaron de su túnica – la túnica de mangas largas que llevaba puesta – , lo tomaron y lo arrojaron a la cisterna, que estaba completamente vacía.
Luego se sentaron a comer. De pronto, alzaron la vista y divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, transportando en sus camellos una carga de goma tragacanto, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.
Entonces Judá dijo a sus hermanos: “¿Qué ganamos asesinando a nuestro hermano y ocultando su sangre?
En lugar de atentar contra su vida, vendámoslo a los ismaelitas, porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne”. Y sus hermanos estuvieron de acuerdo.
Pero mientras tanto, unos negociantes madianitas pasaron por allí y retiraron a José de la cisterna. Luego lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de planta, y José fue llevado a Egipto.

Salmo 105 (104): 16-17.18-19.20-21.


Él provocó una gran sequía en el país
y agotó todas las provisiones.
Pero antes envió a un hombre,
a José, que fue vendido como esclavo.
Le ataron los pies con grillos
y el hierro oprimió su garganta,
hasta que se cumplió lo que él predijo,
y la palabra del Señor lo acreditó.
El rey ordenó que lo soltaran,
el soberano de pueblos lo puso en libertad;
lo nombró señor de su palacio
y administrador de todos sus bienes

Evangelio según San Mateo 21: 33-43.45-46.


Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo”.
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia”.
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor…

SALMO

FALTAN 42 DIAS


jueves, 25 de febrero de 2016

FALTAN 43 DIAS


EL FRUTO DE NUESTRAS ACCIONES

EL FRUTO DE NUESTRAS ACCIONES

EL FRUTO DE NUESTRAS ACCIONES

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EL FRUTO DE NUESTRAS ACCIONES
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Fragmento de la primera lectura: Libro de Jeremías 17: 5-10.

¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo?
Yo sondeo el corazón, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones.

La prepotencia de los poderosos,

La prepotencia de los poderosos, Francisco

La prepotencia de los poderosos, Francisco

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La prepotencia de los poderosos y la Misericordia en la Sagrada Escritura:
Resumen de la Catequesis del Papa Francisco de hoy 24/02/16:
La Biblia habla de los potentes, de los reyes, de los hombres que están “en lo alto”, y también de su arrogancia y de sus prepotencias.
La riqueza y el poder pueden ser buenas y útiles al bien común, si son puestos al servicio de los pobres y de todos, con justicia y caridad. Pero, si son vividas como privilegio, con egoísmo y prepotencia, se transforman en instrumentos de corrupción y de muerte.
Así vemos en  el Primer Libro de los Reyes, capítulo 21,  que narra que el rey de Israel, Ajab, quiere comprar la viña a su dueño llamado Nabot, porque esta viña colinda con el palacio real.
La propuesta parece generosa, pero en el Libro del Levítico se prescribe: «La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes» (Lev 25,23).
La tierra es sagrada, porque es un don del Señor, que como tal va cuidada y conservada, en cuanto signo de la bendición divina que pasa de generación en generación y garantía de dignidad para todos. Se comprende entonces la respuesta negativa de Nabot al rey: «¡El Señor me libre de cederte la herencia de mis padres!» (1 Re 21,3).
El rey Ajab ante este rechazo se siente ofendido él es el rey, el potente, disminuido en su autoridad de soberano, y frustrado por la posibilidad de satisfacer su deseo de posesión.
Viéndolo así abatido, su mujer Jezabel, una reina pagana que había difundido los cultos idolátricos y mandaba asesinar a los profetas del Señor (Cfr. 1 Re 18,4) , decide intervenir. Escuchen la maldad que está detrás de esta mujer: «¿Así ejerces tú la realeza sobre Israel? ¡Levántate, come y alégrate! ¡Yo te daré la viña de Nabot, el israelita!» (v. 7).
Ella pone énfasis en el prestigio y el poder del rey, que, según su modo de vivir, es puesto en discusión por el rechazo de Nabot. Un poder que ella en cambio considera absoluto, y por el cual todo deseo se convierte en orden.

Jesús, en el Evangelio de hoy, nos dice: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo».
Si se pierde la dimensión del servicio, el poder se transforma en arrogancia y atropello.
En el episodio de la viña de Nabot. Jezabel, la reina, de modo despreocupado, decide eliminar a Nabot y pone en obra su plan.
Se sirve de las apariencias mentirosas de una legalidad perversa: envía, en nombre del rey, cartas a los ancianos y a los importantes de la ciudad ordenando que falsos testigos acusen públicamente a Nabot de haber maldecido a Dios y al rey, un crimen que se castiga con la muerte. Así, muerto Nabot, el rey puede apropiarse de su viña.
Esta no es una historia de otros tiempos, es también historia de hoy, de los poderosos que para tener más dinero explotan a los pobres, explotan a la gente. Es la historia de la trata de personas, del trabajo esclavo, de la pobre gente que trabaja clandestinamente y con el salario mínimo para enriquecer a los poderosos. Es la historia de los políticos corruptos que quieren más y más y más.
El gran San Ambrosio ha escrito en un pequeño libro sobre este episodio. Se llama “Nabot”. Nos hará bien leerlo en este tiempo de Cuaresma. Es un libro de actualidad.
Es aquí donde llega la autoridad sin respeto por la vida, sin justicia, sin misericordia.
Y a esta cosa lleva la sed de poder: se hace codicia que quiere poseer todo. Un texto del profeta Isaías dice: «¡Ay de los que acumulan una casa tras otra y anexionan un campo a otro, hasta no dejar más espacio y habitar ustedes solos en medio del país!» (Is 5,8). Y el profeta Isaías ¡no era comunista!
Dios, es más grande de la maldad y de los juegos sucios hechos por los seres humanos.
En su misericordia envía al profeta Elías para ayudar a Ajab a convertirse.
Ahora giremos la página, y ¿cómo sigue la historia? Dios ve este crimen y toca también el corazón de Ajab y el rey, puesto delante a su pecado, entiende, se humilla y pide perdón.
¡Qué bello sería si los poderosos explotadores de hoy hicieran lo mismo! El Señor acepta su arrepentimiento; sin embargo, un inocente ha sido asesinado, y la culpa cometida tendrá inevitables consecuencias. El mal realizado de hecho deja sus huellas dolorosas, y la historia de los hombres lleva sus heridas.
La misericordia divina es más fuerte del pecado de los hombres.
Nosotros conocemos su poder, cuando recordamos la venida del Inocente Hijo de Dios que se ha hecho hombre para destruir el mal con su perdón. Jesucristo es el verdadero rey, pero su poder es completamente diverso. Su trono es la cruz. Él no es un rey asesino, sino al contrario da la vida. El dirigirse hacia todos, sobre todo a los más débiles, derrota la soledad y el destino de muerte al cual conduce el pecado. Jesucristo con su cercanía y ternura lleva a los pecadores al espacio de la gracia y del perdón. Y esta es la misericordia de Dios.

Evangelio San Lucas 16 19-31 CATOLICO

Evangelio San Lucas 16 19-31 CATOLICO

Evangelio San Lucas 16 19-31   CATOLICO

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Evangelio San Lucas 16 19-31   CATOLICO
y Lecturas de la Liturgia Católica 25 Febrero de 2016

Jueves 25 de Febrero de 2016
Jueves de la segunda semana de Cuaresma

Libro de Jeremías 17: 5-10.

Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!
El es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita.
¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo?
Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones.

Salmo 1: 1-2.3.4.6.


¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!
El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.

Evangelio según San Lucas 16: 19-31.


Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.
A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.
Entonces exclamó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan’.
‘Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.
Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí’.
El rico contestó: ‘Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento’.
Abraham respondió: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen’.
‘No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán’.
Pero Abraham respondió: ‘Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'”.
Palabra del Señor…

martes, 23 de febrero de 2016

San Policarpo 22/2/2016

San Policarpo

San Policarpo

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San Policarpo

Obispo y mártir
23 de Febrero
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Oración:

Señor Dios Todopoderoso , Padre de tu amadísimo Hijo Jesucristo, por el cual te hemos conocido.
Dios de los ángeles y de los poderes celestiales , de toda la creación y de toda la descendencia de los justos que viven en tu presencia.
Yo te bendigo porque me has hecho digno de este día y de esta hora , de ser parte del gran número de mártires. Entre ellos ahora puedo ser aceptado delante de ti , como sacrificio aceptable. Por todo esto te alabo , te bendigo , te glorifico , por medio de Jesucristo , Sacerdote eterno y celestial , sea la gloria ahora y en los siglos venideros .
Amén .
San Policarpo
Policarpio

Biografía

San Policarpo nació en Esmirna, Turquía en el año 61. Lo eligieron los mismos Apóstoles de Jesús, jefe de los cristianos del lugar hacia el año 100. En el año 107 fue testigo de un acontecimiento extraordinario: el paso en su pueblo Esmirne, de Ignacio, obispo de Antioquía, que fue bajo escolta a Roma dónde padecería el martirio, decretado en una persecución local. San Policarpo lo hospedó durante su parada, y más tarde Ignacio le escribe una carta que todas las generaciones cristianas conocerán, alabándolo como buen pastor y combatiente por la causa de Cristo. En el 154 Policarpo, de la Asia Menor va a Roma con toda tranquilidad… Lee la biografía completa haciendo click aquí
Policarpio1
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Homilía del Papa fiesta de San Pedro 22/2/2016

Homilía del Papa fiesta de San Pedro

Homilía del Papa fiesta de San Pedro

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Homilía del Papa fiesta de San Pedro

Fiesta de la Cátedra del Apóstol San Pedro. Resumen y Video:



La pregunta que nos hace Jesús es: Ustedes quien dice que soy yo?
Frente a esta pregunta no es posible escaparse o permanecer neutral, ni posponer la respuesta, dejársela a algún otro. Es una pregunta llena de Amor, que busca nuestro corazón y nuestra disponibilidad.
Dejémos que la Gracia haga de nuevo nuestro Corazón, para Creer, y abra nuestra boca para cumplir la profesión de fe y obtener la salvación.
Hagámos nuestras las palabras de Pedro: “Tu eres el Cristo, el hijo de Dios viviente”.
Jesús  es el fundamento y ninguno puede proponer otro fundamento diverson. El es la Piedra sobre la cual debemos construir, la roca de la Gracia, a la que se sujeta la Iglesia aún agitada por los hechos de la historia, como nos enseña San Agustín.
No se derrumba porque está fundada sobre la Piedra, de la que Pedro toma su nombre. No es que la Piedra la que toma el nombre de Pedro, sino Pedro que lo toma de la Piedra, así como no es que el nombre de Cristo derive de cristiano, sino que el nombre cristiano deriva de Cristo.
De esta profesión de fe, deriva para cada uno de nosotros el deber de corresponder a la llamada de Dios. Especialmente los sacerdotes y pastores de la Iglesia, deben estar atentos a la oveja perdida, herida, enferma.
Hace bien a los Pastores de la Iglesia, dejar que el Rostro de Dios Buen Pastor, nos ilumine, nos purifique y transforme y restituya plenamente renovados a nuestra misión. Qué en nuestros ambientes de trabajo podamos sentir, cultivar, y practicar un fuerte sentido pastoral, sobretodo respecto de las personas que encontramos todos los días. Que ninguno se sienta descuidado o maltratado, y que cada uno pueda experimentar, primero que todo aquí, el cuidado primoroso del Buen Pastor.
Imitando al buen pastor, estamos llamados a ser colaboradores de Dios, en la empresa fundamental y única de testimoniar la vida de la Gracia.
Dejemos que el Señor nos libere de cada tentación que aleje de la esencia de nuestra misión, y redescubramos la belleza de profesar la fe en el Señor Jesús. La fidelidad al ministerio se conjuga con la misericordia de la que queremos gozar. En la Sagrada Escritura, fidelidad y misericordia son un binomio inseparable. Donde la una se encuentra, está también la otra, y en ellas así conjugadas se puede ver la misma presencia del Buen Pastor.
Para ver el video completo de la misa de hoy del Papa Francisco y su homilía en Vatican Youtube, Click aquí

Para ver más fotos de homilías del Papa haz click aquí

CATEQUESIS DEL PAPA DE ESTE SABADO 20/2/2016

CATEQUESIS DEL PAPA DE ESTE SABADO

CATEQUESIS DEL PAPA DE ESTE SABADO

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CATEQUESIS DEL PAPA DE ESTE SABADO
Ya en Roma este sábado 20 de febrero 2016, el Papa Francisco nos habla sobre la caricia de Dios, y el compromiso de su amor por nosotros:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! … Leer más…
El Jubileo de la Misericordia es una verdadera oportunidad para entrar en profundidad dentro del misterio de la bondad y del amor de Dios.
En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a conocer cada vez más al Señor Jesús, y a vivir de una manera coherente la fe con un estilo de vida que exprese la misericordia del Padre.
Es un compromiso que estamos llamados a asumir para ofrecer a cuantos encontramos el signo concreto de la cercanía de Dios.
Es decir, mi vida, mi comportamiento, el modo de ir por la vida debe ser un signo concreto del hecho de que Dios está cerca de nosotros.
Pequeños gestos de amor, de ternura, de cuidado, que hacen pensar que el Señor está con nosotros, está cerca de nosotros. Y así se abre la puerta de la misericordia.
Hoy quisiera detenerme brevemente a reflexionar con ustedes sobre el tema de esta palabra que he dicho: el tema del compromiso. ¿Qué cosa es un compromiso? Y ¿qué cosa significa comprometerse? Cuando me comprometo, quiere decir que asumo una responsabilidad, un deber respecto de alguno; y significa también el estilo, la actitud de fidelidad y entrega, de atención particular con la cual llevo adelante esta tarea.
Cada día nos piden poner empeño en las cosas que hacemos: en la oración, en el trabajo, en el estudio, pero también en el deporte, en las actividades libres … Comprometerse, en suma, quiere decir poner nuestra buena voluntad y nuestras fuerzas para mejorar la vida.
Y también Dios se ha comprometido con nosotros. Su primer compromiso ha sido aquel de crear el mundo, y no obstante nuestros atentados para destruirlo, y son tantos. Él se compromete por mantenerlo vivo.
Pero su compromiso más grande ha sido aquel de donarnos a Jesús. ¡Este es el gran compromiso de Dios! Sí, Jesús es justamente el compromiso extremo que Dios ha asumido en favor nuestro. Lo recuerda también San Pablo cuando escribe que Dios “no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros”. Y, en virtud de esto, junto a Jesús el Padre nos donará cada cosa de la cual tenemos necesidad.
Y ¿cómo se ha manifestado este compromiso de Dios por nosotros? Es muy fácil verificarlo en el Evangelio. En Jesús, Dios se ha comprometido de manera completa para restituir esperanza a los pobres, a cuantos estaban privados de dignidad, a los extranjeros, a los enfermos, a los prisioneros, y a los pecadores que acogía con bondad. En todo esto, Jesús era expresión viviente de la misericordia del Padre.
Y quisiera señalar esto: Jesús acogía con bondad a los pecadores. Pero si nosotros pensamos en modo humano, el pecador sería un enemigo de Jesús, un enemigo de Dios… Y Él se acerca a ellos con bondad, los amaba y cambiaba a ellos el corazón.
Todos somos pecadores: ¡todos!
Todos tenemos delante de Dios alguna culpa. Pero no tengamos desconfianza: Él se acerca con la intención de reconfortarnos, de darnos su misericordia, su perdón. Es este el compromiso de Dios y para esto ha mandado a Jesús: para acercarse a nosotros, a todos nosotros. Y abrir la puerta de su amor, de su corazón, de su misericordia. Y esto es muy bello. ¡Muy bello!
A partir del amor misericordioso con el que Jesús ha expresado el compromiso de Dios, también nosotros podemos y debemos corresponder a su amor con nuestro compromiso. Y esto sobre todo en las situaciones de mayor necesidad, donde hay más sed de esperanza. Pienso, por ejemplo, en nuestro compromiso con las personas abandonadas, con aquellos que cargan pesadas minusvalías, con los enfermos más graves, con los moribundos, con los que no son capaces de manifestar reconocimiento…  En todas estas realidades nosotros llevamos la misericordia de Dios a través de un compromiso de vida, que es testimonio de nuestra fe en Cristo.
Siempre llevar aquella caricia de Dios, porque así Dios nos ha acariciado con su misericordia. Llevarla a los demás, a aquellos que tienen necesidad, a aquellos que tienen un sufrimiento en el corazón o están tristes: acercarnos con aquella caricia de Dios, que es la misma que Él nos ha dado a nosotros.
Que este Jubileo pueda ayudar a nuestra mente y a nuestro corazón a tocar con la mano el compromiso de Dios por cada uno de nosotros, y gracias a esto transformar nuestra vida en un compromiso de misericordia para todos. Gracias!

EL SEÑOR ES MI PASTOR

EL SEÑOR ES MI PASTOR

EL SEÑOR ES MI PASTOR

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EL SEÑOR ES MI PASTOR
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Salmo 23 (22)
EL SEÑOR ES MI PASTOR,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.

EVANGELIO 23/02/2016

 Evangelio Febrero 23, 2016


Día litúrgico: Martes II de Cuaresma 


Texto del Evangelio (Mt 23,1-12): En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".

»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Doctores", porque uno solo es vuestro Doctor: Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado». 

«Uno solo es vuestro Maestro; (...) uno solo es vuestro Padre; (...) uno solo es vuestro Doctor»
Pbro. Gerardo GÓMEZ - (Merlo, Buenos Aires, Argentina)

Hoy, con mayor razón, debemos trabajar por nuestra salvación personal y comunitaria, como dice san Pablo, con respeto y seriedad, pues «ahora es el día de la salvación» (2Cor 6,2). El tiempo cuaresmal es una oportunidad sagrada dada por nuestro Padre para que, en una actitud de profunda conversión, revitalicemos nuestros valores personales, reconozcamos nuestros errores y nos arrepintamos de nuestros pecados, de modo que nuestra vida se vaya transformando —por la acción del Espíritu Santo— en una vida más plena y madura.

Para adecuar nuestra conducta a la del Señor Jesús es fundamental un gesto de humildad, como dice el Papa Benedicto: «Que [yo] me reconozca como lo que soy, una creatura frágil, hecha de tierra, destinada a la tierra, pero además hecha a imagen de Dios y destinada a Él».

En la época de Jesús había muchos "modelos" que oraban y actuaban para ser vistos, para ser reverenciados: pura fantasía, personajes de cartón, que no podían estimular el crecimiento y la madurez de sus vecinos. Sus actitudes y conductas no mostraban el camino que conduce a Dios: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3).

La sociedad actual también nos presenta una infinidad de modelos de conducta que abocan a una existencia vertiginosa, alocada, debilitando el sentido de trascendencia. No dejemos que esos falsos referentes nos hagan perder de vista al verdadero maestro: «Uno solo es vuestro Maestro; (…) uno solo es vuestro Padre; (…) uno solo es vuestro Doctor: Cristo» (Mt 23,8.9.10).

Aprovechemos la cuaresma para fortalecer nuestras convicciones como discípulos de Jesucristo. Tratemos de tener momentos sagrados de "desierto" donde nos reencontremos con nosotros mismos y con el verdadero modelo y maestro. Y frente a las situaciones concretas en las que muchas veces no sabemos cómo reaccionar podríamos preguntarnos: ¿qué diría Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?

«No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench - (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, Jesús nos llama a dar testimonio de vida cristiana mediante el ejemplo, la coherencia de vida y la rectitud de intención. El Señor, refiriéndose a los maestros de la Ley y a los fariseos, nos dice: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3). ¡Es una acusación terrible!

Todos tenemos experiencia del mal y del escándalo —desorientación de las almas— que causa el “antitestimonio”, es decir, el mal ejemplo. A la vez, todos también recordamos el bien que nos han hecho los buenos ejemplos que hemos visto a lo largo de nuestras vidas. No olvidemos el dicho popular que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». En definitiva, «hoy más que nunca, la Iglesia es consciente de que su mensaje social se hará creíble por el testimonio de las obras, antes que por su coherencia y lógica interna» (Juan Pablo II).

Y una modalidad de mal ejemplo especialmente perniciosa para la evangelización es la falta de coherencia de vida. Un apóstol del tercer milenio, que se encuentra llamado a la santidad en medio de la gestión de los asuntos temporales, ha de tener presente que «sólo la relación entre una verdad consecuente consigo misma y su cumplimiento en la vida puede hacer brillar aquella evidencia de la fe esperada por el corazón humano; solamente a través de esta puerta [de la coherencia] entrará el Espíritu en el mundo» (Benedicto XVI).

Finalmente, Jesús se lamenta de quienes «todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres» (Mt 23,5). La autenticidad de nuestra vida de apóstoles de Cristo reclama la rectitud de intención. Hemos de actuar, sobre todo, por amor a Dios, para la gloria del Padre. Tal como lo podemos leer en el Catecismo de la Iglesia, «Dios creó todo para el hombre, pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación». He aquí nuestra grandeza: ¡servir a Dios como hijos suyos!
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FALTAN 45 DIAS


FALTAN 46 DIAS


FALTAN 47 DIAS


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jueves, 18 de febrero de 2016

Primera lectura

Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14):

En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/.
Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.»

Palabra del Señor